Diálogo sobre la Vida
Hoy en Chile se discuten temas, como la fecundación asistida, aborto, células madres, eutanasia. Probablemente la discusión es aún algo primitiva, e intolerante, ello fundamentalmente proviene del carácter inicial del debate. Hace algún tiempo la Revista Mensaje, publicó un artículo bajo el titulo “Diálogos sobre la vida”, entre el Cardenal Jesuita Carlo María Martiní y el Científico y Senador Italiano Ignazio Marino. La profundidad del mismo, convierte su lectura en una oportunidad notable en la ayuda del discernimiento de temas esenciales en el devenir del ser humano.
A quien me pueda escuchar:
Hoy en la mañana, como lo hago habitualmente cuando estoy en Santiago, tome mi bicicleta para dirigirme desde mi casa hasta mi oficina parlamentaria, ambos inmuebles en la comuna de providencia.
Como siempre tuve alguna satisfacción por abandonar el auto y contribuir en descontaminar nuestra ciudad, al usar un medio de transporte limpio y sano.
Sin embargo, en el trayecto de unos 10 minutos, el aire era irrespirable, la cantidad de polvo en suspensión, proveniente de las decenas de edificios que se construyen en la comuna (bien por la economía del país) era la causa.
Me temo que ninguna de esas construcciones cumple las normas vigentes.
No será posible que se fiscalice esta norma, doy por bueno la contaminación acústica, pero la otra, ya me hace pensar sino es mejor volver a mi auto con las ventanas cerradas.
Hagamos algo.
A proposito de una derecha vociferante
Un amigo me comparte, comentarios que me parecen muy pertinentes, aquí van…
Haciendo uso de su legítimo derecho, la Alianza ha hecho diversos comentarios sobre el discurso de la Señora Presidenta, el 21 de Mayo.
Algunos caben en el natural intercambio de puntos de vista entre Gobierno y Oposición.
Sin embargo, muchos de ellos constituyen flagrantes muestras de intolerancia y faltas de respeto a la convivencia democrática.
Ha dicho Carlos Larraín, Presidente de RN, que la intervención de la Presidenta en el Salón de Honor del Congreso, recinto depositario de la soberanía popular por excelencia, se relaciona con “los discursos de Stalin”. Y agrega que “la ciudad estaba sitiada como un Estado Policial”.
El Diputado Cristián Monckeberg, RN, le ha servido de caja de resonancia y ha agregado de su cosecha que el Gobierno “busca con esto que los que piensan distinto se callen” y que “se esta instaurando al interior del Congreso un Estado Policial”.
Resulta inaceptable que los mismos que contribuyeron a sustentar la dictadura militar y gozaron de sus prebendas, vengan ahora, como si fueran demócratas, acusar precisamente a las fuerzas políticas que rescataron el poder de la dictadura e instauraron el ejercicio de la plena democracia, de la que gozan todos los chilenos.
¿hay alguien en este país que crea en estos infundíos? Acaso los chilenos no viven a diario sus derechos a pensar distinto, a expresar todo tipos de ideas sin censura, a formar organizaciones libres sin tutela de nadie, en fin para qué seguir.
Pero esta acción de la derecha tiene un sentido sobre el que debemos estar alerta: confundir y crear un clima que debilite la majestad de la democracia y sus Instituciones.
En otro orden de ideas el Presidente de Renovación Nacional, hablando sobre la instauración del día del Detenido Desaparecido, expresó “que ese es un tema de arqueología política, señalando que si los países se dedicarán a lamerse las heridas por 25, 30 o 40 años, por lo pronto la Unión Europea no habría nacido”.
Aquí el señor Larraín, peca de ignorancia o de mala fe.
La unidad de los países europeos, se construyó precisamente sobre la base de mantener viva la memoria de sus millones de muertos.
La geografía de Europa esta plagada de monumentos, cementerios y múltiples lugares conmemorativos, en los que permanentemente se realizan actos de solemne homenajes; últimamente incluso en ellos participan conjuntamente los que estaban en uno y otro bando, los vencedores y los vencidos.
Esto es, la nueva y pujante Europa se puso de pie reconciliada, pero sin olvido. Esos monumentos estarán allí para siempre, no sólo por cuarenta años.
Es lo mismo que la Concertación ha practicado en nuestro país y que se pretende institucionalizar en el día conmemorativo que ha propuesto la señora Presidenta.
¿Y los jóvenes?
Me parece nadie duda que nuestra sociedad, desde hace mucho, requería de un verdadero y exclusivo sistema jurídico de responsabilidad penal adolescente. Creo que estaremos todos de acuerdo en concluir que hasta la fecha ha imperado en Chile la aplicación del derecho penal común, a los jóvenes, con graves efectos negativos, en especial en la búsqueda del objetivo esencial; la reinserción social del menor infractor. Muy por el contrario lo que ha venido ocurriendo, casi como regla general, es condenar a los jóvenes al mundo del delito.
¿Por qué entonces la discusión sobre la entrada en vigencia de la misma?
La respuesta a esa interrogante a mi juicio es clara, y esta basada en un antecedente objetivo. En efecto los profesionales que, con motivo de la primera prorroga de la entrada en vigencia de la ley fueron convocados, en su calidad de expertos, para evaluar la implementación de la ley e informar a las Comisiones de Constitución de ambas cámaras, concluyeron en Abril recién pasado que; “Para esta comisión y de acuerdo a los antecedentes tenidos en consideración, a la fecha no se dan las condiciones mínimas necesarias desde el punto de vista del texto legal y no es posible garantizar que la infraestructura, el estado de los programas y la administración general del sistema permitan una adecuada puesta en funcionamiento integral de la justicia penal adolescente en junio próximo”.
Más claro imposible, los expertos que los parlamentarios convocamos, nos dieron su terminante opinión. No obstante lo anterior, por diversas razones el gobierno y la mayoría de los congresistas estimaron que no era del caso asumir la precisa recomendación. Que paso para que ocurriera aquello, del lado del gobierno, a mi juicio, la errónea evaluación que políticamente era menos gravoso empezar con “condiciones mínimas”, que dar una señal de incapacidad, con una segunda postergación. Del lado de la alianza, primó apostar a un posible fracaso del gobierno. Ambas consideraciones son equivocadas y graves, pues lo central es tener un sistema lo más cercano a lo óptimo queda, como una cuestión secundaria frente a consideraciones políticas; mala forma de legislar sin duda, se termino olvidando el objetivo principal: los jóvenes.
Por desgracia, no sólo se decidió hacer andar un sistema a media maquina, sino que además, a propósito de solucionar cuestiones procesales indispensables, se incorpora, en un acuerdo Ejecutivo, oposición y legisladores radicales, una norma procesal – penal, que altera el fondo del sentido de la ley y conspira contra los principios objetivos que la norma siempre tuvo. En efecto la modificación las reglas de determinación judicial de la pena al establecer como sanción única obligatoria la internación en régimen cerrado por 5 años y un día, 10 años no sólo para los delitos más grave – cuestión que la ley siempre ha permitido – sino también para una serie de casos de mediana gravedad donde aquello no se justifica, constituye un sistema totalmente contraindicado desde el punto de vista de la reinserción social.
Esta grave desnaturalización de la ley, del objetivo que siempre persiguieron los gobiernos de la concertación, nos confunde, más todavía si no se fue claro a la hora de asumir las responsabilidades en te giro de ciento ochenta grados.