Historia de Amor, de Nicole Krauss

Leo Gursky, cerrajero polaco de origen judío, ya retirado de su oficio, vive una dura soledad en Nueva York, solo pide que cuando llegue la muerte, alguien de buen corazón lo lleve a la tumba que hace años compró, cerca de un arbusto, en un cementerio judío de la zona.

El personaje principal de la “Historia del Amor” (Nicole Krauss, narrativa salamandra) se empeña en repasar su vida, por cierto dura, pero también una “Historia de amor”.

La autora, de indudable talento, nos regala una gran oportunidad de reconocer en cada personaje la lucha, tan común a todos los seres de este planeta, por buscar el sentido a la vida en el amor que entregamos y particularmente el que recibimos.

Fino, talentoso relato, salpicado de un humor simple.

Autonomía Judicial

La anterior cita, corresponde a una noticia aparecida en el Diario El País del pasado sábado 29 de Septiembre, no es muy destacada. Solo sus lectores compulsivos, entre los que me inscribo, del más notable periódico de habla hispana, a mi modesto entender, con seguridad se detuvieron en ella.

Se trata, ni más ni menos, de una resolución emanada de una sala penal de la Audiencia Nacional (equivaldría a un Tribunal Oral en nuestro proceso penal), que deja sin efecto, por razones de forma, una resolución que acusaba a siete islamitas de participación criminal en la financiación de atentados de Al – Qaeda, en España.

Más allá de la cuestión jurídica – la validez de escuchas telefónicas que eran la base para la imputación -, lo central resulta el tratamiento informativo de la noticia. Hay detrás de ese tratamiento, una sociedad que entiende que las resoluciones judiciales, responden a una decisión de un poder autónomo, que cada uno de ellas no puede llamar escándalo, más allá de la lógica posibilidad de estar o no de acuerdo con la misma.

Probablemente en Chile una resolución de esa índole, habría motivado, titular, competencia entre parlamentarios sobre quién presenta primero un proyecto de ley para solucionar el tema.

En fin me parece harto más civilizado lo que ocurre en España.